
Árbol de Chiquitos
Por Gabriel Chávez Casazola
Hubiera querido ser una salamandra
y resistir indemne las llamas suspendidas
sobre mi mundo, un mundo de cielos y raíces
que forma, con el Todo, una única sustancia.
Cuando mis hojas arden es Dios que se consume,
ese dios primigenio que soy yo y mis hermanos
de ramas generosas de las que cuelgan frutos
y flores y sonidos, tardes y amaneceres,
de colores vivaces, fúlgidos, deliciosos,
como todo este cosmos de pájaros y voces
elementales, graves, agudas, penetrantes
que vivía en mis ramas y ahora se descascara
mientras se van quemando los soles del futuro.
Hubiera querido ser una salamandra.